El otro Bicentenario, el de los Pueblos, el bicentenario de la Dignidad
No había stands majestuosos, ni millones de personas, ni cantantes masivos.
No había escenario de doscientos metros, ni grúas artísticas.
No había medios masivos, ni gente de más.
Se respiraba dignidad, esfuerzo, cansancio y alegría.
Organizaciones libres del pueblo juntas se plantaron en un acampe en Congreso, mientras un sexto de la población argentina caminaba la nueve de julio en los actos oficiales, varios centenares de compañeros se expresaban por medio de música en vivo, charlas de reflexión política, proyección de cortos, venta de productos propios (microemprendimientos) y actividades varias.
Son parte de esta argentina, que no le quiere hacer el juego a la derecha sin sentido
Son quienes denuncian y sufren las contradicciones de ayer y de hoy
Estaban allí, emitiendo Dignidad y Libertad
Expresándose libremente, sin permisos oficiales
Endeudándose para que compañeros de otras provincias estén presentes
El imponente Congreso los miraba de enfrente, con respeto, casi con vergüenza, él sabia por qué estaban allí y no en la 9 de julio.
Hernan Pelado
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